Ya sea que continuemos haciendo o no una concepción universal de los derechos humanos en momentos de indignación e incomprensión, precisamente cuando creemos que otros se han sacado de la comunidad humana tal como la conocemos, es una prueba de nuestra misma humanidad.
(Whether or not we continue to enforce a universal conception of human rights at moments of outrage and incomprehension, precisely when we think that others have taken themselves out of the human community as we know it, is a test of our very humanity.)
Judith Butler, en su libro "Vida precaria: los poderes del duelo y la violencia", enfatiza la importancia de mantener una comprensión universal de los derechos humanos, especialmente en tiempos de indignación. Ella argumenta que los momentos de respuesta emocional profunda pueden desafiar nuestro compromiso de ver a los demás como parte de la comunidad humana, incluso cuando sus acciones nos parecen incomprensibles.
Esta situación sirve como una prueba crucial de nuestra humanidad; La forma en que respondemos refleja nuestros valores y principios. En lugar de excluir a aquellos que encontramos difíciles de entender, Butler nos insta a reafirmar nuestra dedicación a los derechos humanos universales, subrayando la necesidad de compasión y solidaridad en todo momento.