El régimen envió un mensaje a los fieles: para sobrevivir tendrían que ser leales a una sola interpretación de la fe y aceptar el nuevo papel político del clero. Padre sintió que esto deletreaba el fin del Islam en nuestro país, y él tenía un punto. "Sin poder extranjero", dijo, "podría destruir el Islam de la forma en que estas personas tienen.
(A message was sent by the regime to the faithful: to survive they would have to be loyal to only one interpretation of the faith, and to accept the new political role of the clergy. Father felt that this spelled the end of Islam in our country, and he did have a point. 'No foreign power,' he said, 'could destroy Islam the way these people have.)
El régimen transmitió un mensaje claro a sus seguidores: para soportar, deben mostrar lealtad inquebrantable a una interpretación singular de su fe, aceptando así el nuevo poder político del clero. Este desarrollo preocupó profundamente al padre, ya que creía que significaba un futuro terrible para el Islam en su nación. Afirmó que las fuerzas domésticas representaban una mayor amenaza para la religión que cualquier influencia externa.
La perspectiva del padre sugiere que la manipulación de las creencias religiosas por las entidades políticas socava la esencia de la fe misma. Su lamento destaca una profunda preocupación por la integridad del Islam, ya que sintió que dicho control finalmente conduciría a su declive dentro de su sociedad.