Todos los niños alarman a sus padres, aunque sólo sea porque siempre esperan encontrarse consigo mismos.
(All children alarm their parents, if only because you are forever expecting to encounter yourself.)
Esta cita destaca la profunda conexión entre padres e hijos, lo que implica que los niños reflejan aspectos de sí mismos que los padres tal vez no reconozcan o no deseen ver. Sugiere que los niños sirven como espejos, revelando rasgos personales, miedos y esperanzas que evocan tanto orgullo como malestar en los padres. Adoptar esta reflexión puede fomentar el crecimiento y la comprensión, recordándonos que la crianza de los hijos se trata tanto de autodescubrimiento como de guiar otra vida. La tensión entre reconocimiento y malestar subraya el viaje universal de la autoconciencia en el proceso de crianza de los hijos.