{Comentario de J.-P. Quélin, crítico de comida para Le Monde}. {Los chefs de Nueva York y Londres} están cocinando, dice, a un nivel de originalidad que desafía el juicio, desafía las críticas, desafía la gramática de la cocina. {Creo que esto es cierto. Cuando llevé a mi hermano a L'Arpege para su cumpleaños, obtuvimos catorce cursos ... que hicieron que incluso lo mejor de la vieja cocina pareciera lodo.} /289
({Commentary by J.-P. Quélin, food critic for Le Monde}. {New York and London chefs} are cooking, he says, at a level of originality that defies judgment, defies criticism, defies the grammar of cuisine. {This I think is true. When I took my brother to L'Arpege for his birthday we got fourteen -small- courses ... that made even the best of the old cuisine look like sludge.} /289)
En su comentario para Le Monde, J.-P. Quélin destaca la originalidad excepcional de los chefs en Nueva York y Londres, lo que sugiere que su creatividad culinaria trasciende las normas y expectativas tradicionales. Esta declaración subraya el enfoque revolucionario que llevan estos chefs, empujando más allá de las normas establecidas para crear experiencias gastronómicas únicas que pueden ser difíciles de criticar o clasificar.
Adam Gopnik apoya esta noción a través de...