En su libro "Animal, vegetales, milagro: un año de vida alimentaria", Barbara Kingsolver enfatiza que cocinar se trata en gran medida de la confianza, lo que representa aproximadamente el 80 por ciento de la habilidad general. Esta perspectiva resalta la importancia de la seguridad y la creencia en las habilidades de uno cuando se trata de preparar comidas.
Además, Kingsolver sugiere que el viaje de convertirse en un cocinero competente a menudo comienza a una edad temprana, simbolizada por la metáfora de las cuerdas del delantal que se envuelve alrededor de una persona dos veces. Esto implica que las primeras experiencias en la cocina son cruciales para desarrollar las habilidades y la confianza necesarias que contribuyen a un viaje de cocina exitoso.