En "animal, vegetales, milagro: un año de vida alimentaria", Barbara Kingsolver advierte que los productores corporativos centrados únicamente en las ganancias pueden explotar las regulaciones orgánicas. Este enfoque les permite cumplir técnicamente con las reglas al tiempo que socava la esencia de las prácticas agrícolas orgánicas. Dichos productores priorizan la ganancia financiera sobre la agricultura sostenible y ética, lo que puede conducir a prácticas que dañan el medio ambiente y la salud pública.
. La observación deKingsolver destaca un problema importante dentro del movimiento orgánico de alimentos. Hace hincapié en la necesidad de que los consumidores evalúen críticamente los verdaderos valores detrás de sus fuentes de alimentos, alentando una mayor conexión con las iniciativas agrícolas locales y comunitarias que realmente se adhieren a los principios de la agricultura orgánica. Este cambio apoyaría prácticas más sostenibles que respeten el espíritu de la agricultura orgánica.