En la narrativa, el protagonista contempla brevemente el concepto de cortesía orquestal y las sensibilidades involucradas en la elección de la música para actuaciones internacionales. Esta reflexión enfatiza la importancia de ser consciente del contexto político, especialmente con respecto a los antecedentes culturales de los compositores.
Por ejemplo, las orquestas alemanas históricamente tomaron decisiones deliberadas para no jugar a Wagner en ciertos países, optando por las obras de otros compositores alemanes que fueron percibidos como más conciliatorios o menos polémicos. Esto ilustra cómo las sensibilidades culturales pueden dar forma a las decisiones artísticas.