En sus memorias "The Glass Castle", Jeannette Walls explora la compleja dinámica de su infancia y vida familiar. Ella reflexiona sobre cómo responder a las lágrimas de los niños puede reforzar inadvertidamente el comportamiento negativo. Al preocuparse por un niño cuando lloran, los cuidadores pueden enseñar inadvertidamente que llorar es una forma efectiva de llamar la atención u llamar lo que quiere. Esta idea arroja luz sobre los desafíos de la crianza y las consecuencias involuntarias de ciertas respuestas.
.Las paredes enfatizan la importancia de comprender el comportamiento a través de una lente crítica en lugar de simplemente reaccionar a las emociones. Ella sugiere que fomentar la resiliencia en los niños puede implicar darles espacio para experimentar sus sentimientos sin intervención inmediata. Esta perspectiva invita a los lectores a reconsiderar los enfoques tradicionales para consolar a los niños y alienta una forma más reflexiva y equilibrada de fomentar el desarrollo emocional.