Isabel tenía opiniones firmes sobre la proximidad moral y las obligaciones que creó. No podemos elegir las situaciones en las que nos involucramos en esta vida; Estamos atrapados en ellos, nos guste o no. Si uno se encuentra con la necesidad de otro, debido a quién es uno, o dónde se encuentra a sí mismo, y uno está en condiciones de ayudar, entonces uno debe hacerlo. Era tan simple como eso.
(Isabel had firm views on moral proximity and the obligations it created. WE cannot choose the situations in which we become involved in this life; we are caught up in them whether we like it or not. If one encounters the need for another, because of who one happens to be, or where one happens to find oneself, and one is in a position to help, then one should do so. It was as simple as that.)
Isabel tenía fuertes opiniones sobre el concepto de proximidad moral y las responsabilidades que surgen de él. Ella creía que las personas no tienen control sobre las circunstancias que los ponen en contacto con otros necesitados. Independientemente de las preferencias o sentimientos personales, las personas a menudo se encuentran en situaciones en las que se encuentran con el sufrimiento o las dificultades de los demás.
Para Isabel, la respuesta a estos encuentros es sencilla: si uno tiene la capacidad de brindar asistencia, están éticamente obligados a hacerlo. Esta perspectiva enfatiza la importancia de reconocer el papel de uno en la interconexión de las experiencias humanas y sugiere que ayudar a otros es una responsabilidad fundamental inherente a nuestra existencia compartida.