Esta cita enfatiza la importancia de centrarse en la calidad sobre la cantidad. Sugiere que participar en demasiadas actividades o competiciones puede diluir la energía, la atención y la preparación, lo que lleva a un rendimiento subóptimo. En cambio, aboga por una participación selectiva, que permita a las personas invertir sus recursos (ya sea tiempo, esfuerzo o habilidades) en menos oportunidades pero más significativas. Cuando eliges "jugar menos eventos" y confías en tus capacidades, te colocas en una mejor posición para sobresalir cuando realmente importa. En el contexto de los deportes, especialmente del golf, esto es como elegir sabiamente los torneos y confiar en la preparación y la confianza en los momentos cruciales. Fundamentalmente, subraya el valor del enfoque estratégico y la confianza en uno mismo. Al controlar el alcance de tus compromisos, puedes dedicar más energía a perfeccionar tus habilidades y tu resiliencia mental, jugando así "bien cuando tienes una carta en la mano". Esta filosofía se puede trasladar a muchas áreas de la vida (elección de carrera, desarrollo personal o incluso tareas diarias), destacando la importancia de la calidad y la confianza por encima de la mera participación. Adoptar esta mentalidad fomenta la disciplina, la paciencia y la autenticidad, fomentando un entorno en el que se optimiza el rendimiento mediante una toma de decisiones reflexiva y la confianza en uno mismo. En última instancia, jugar menos eventos y respaldar tus habilidades se alinea con el principio de trabajar más inteligentemente, no más duro, maximizando el potencial cuando más cuenta.