Fue bueno ser un africano. Hubo cosas terribles que sucedieron en África, cosas que trajeron vergüenza y desesperación cuando uno pensó en ellos, pero eso no era todo en África. Por genial que sea el sufrimiento de la gente de África, por desgarradores de la crueldad y el caos provocados por los soldados pequeños con armas de fuego, realmente, todavía había tanto en África, desde el cual se podía sentir un verdadero orgullo. Hubo la amabilidad, por ejemplo, y la capacidad de sonreír, el arte y la música.
(It was a good thing to be an African. There were terrible things that happened in Africa, things that brought shame and despair when one thought about them, but that was not all there was in Africa. However great the suffering of the people of Africa, however harrowing the cruelty and chaos brought about by soldiers-small boys with guns, really-there was still so much in Africa from which one could take real pride. There was the kindness, for example, and the ability to smile, and the art and the music.)
La cita refleja la complejidad de la experiencia africana, reconociendo tanto el sufrimiento profundo como el espíritu duradero de su gente. Si bien resalta las realidades dolorosas, como la violencia y la desesperación, también enfatiza el rico patrimonio cultural, incluida la amabilidad, el arte y la música que ofrece esperanza y orgullo. Esta dualidad sugiere que la identidad de África no puede reducirse a sus desafíos, ya que también hay una notable resistencia y belleza para celebrar.
Además, el autor sugiere que a pesar de las duras realidades que enfrentan muchos, los aspectos positivos de la vida en África proporcionan una fuente de fuerza e inspiración. La amabilidad y las sonrisas de la gente sirven como poderosos recordatorios de la capacidad humana para perseverar y encontrar alegría en medio de la adversidad. Esta narración invita a una apreciación más amplia por el continente, alentando un reconocimiento de sus luchas y sus triunfos.