En "The Glass Castle", Jeannette Walls reflexiona sobre su desafiante educación, enfatizando que las duras condiciones de su infancia dieron forma tanto a su familia como a su comunidad. Las luchas que enfrentaron inculcaron resistencia y dureza en las personas que la rodean. Este entorno fomentó una sensación de supervivencia que impactó su carácter y relaciones.
La cita destaca cómo la adversidad a menudo moldea a las personas, lo que los hace más resistentes pero también difíciles. La historia de Walls ilustra las complejidades del crecimiento en circunstancias difíciles, donde las dificultades es una presencia constante que influye en el desarrollo personal y los lazos familiares.