Esta cita desafía la percepción común de que los mensajes de texto son un idioma muy diferente, lleno de abreviaturas y jerga que distorsionan las normas lingüísticas tradicionales. En realidad, lo que a menudo parece ser un idioma separado es más bien una forma simplificada de comunicación que emplea palabras familiares y abreviaturas que se entienden contextualmente. La idea que se destaca aquí es que, contrariamente a la creencia popular, la evolución de los patrones en la comunicación digital no significa necesariamente una ruptura o un cambio drástico del lenguaje, sino más bien una adaptación a nuevas plataformas y contextos. Esto refleja cómo los humanos tienden a innovar lingüísticamente manteniendo estructuras gramaticales fundamentales, haciendo que la comunicación sea eficiente sin perder claridad. La idea errónea del 'lenguaje textual' como un nuevo idioma puede deberse a la brevedad y el tono informal inherentes a los mensajes de texto, pero los análisis muestran que los usuarios a menudo aprenden taquigrafía y patrones comunes de su conocimiento lingüístico existente. La importancia de esta idea radica en comprender cómo evoluciona el lenguaje: se adapta en lugar de reemplazar. Esta comprensión puede influir en la forma en que los educadores, lingüistas y tecnólogos abordan el desarrollo del lenguaje y la alfabetización digital. Además, subraya la complejidad de los medios de comunicación digitales; más que ser un desorden del lenguaje, es una demostración de flexibilidad y creatividad, que permite intercambios de información rápidos y eficaces. Reconocer que los mensajes de texto se basan en estructuras lingüísticas existentes ayuda a disipar los estereotipos de analfabetismo digital y resalta el ingenio humano para optimizar los métodos de comunicación dentro de la era digital.