El personaje en "los colores de todo el ganado" refleja un deseo de cortesía en el discurso político. Ella encuentra el tono agresivo de muchas discusiones políticas poco atractivas y cuestiona por qué las personas no pueden participar en conversaciones respetuosas. Su perspectiva enfatiza la importancia de comprender los puntos de vista diferentes y reconocer que el desacuerdo puede ocurrir sin malicia.
Esta actitud destaca su indiferencia general hacia la política, prefiriendo el diálogo que fomenta la comprensión en lugar de la división. Al abogar por el desacuerdo educado, muestra una visión esperanzadora de la sociedad donde las conversaciones sobre diferentes opiniones pueden ocurrir de buena fe, promoviendo la armonía en lugar de conflicto.