En "Funding Brothers: The Revolutionary Generation", Joseph J. Ellis analiza cómo las figuras fundadoras de los Estados Unidos lograron aprovechar los intensos debates políticos de su tiempo. En lugar de permitir que estas discusiones se conviertan en el caos, las transformaron en diálogos estructurados que facilitaron la gobernanza. Este enfoque implicó el establecimiento de partidos políticos, que proporcionó un marco para el debate continuo y la participación política.
Al institucionalizar estas discusiones, la generación revolucionaria creó efectivamente un ambiente más seguro para el discurso político. La formación de partidos políticos ayudó a canalizar las diversas ideas y energías de la época en un diálogo más manejable, contribuyendo a la estabilidad de la nueva nación. Ellis enfatiza que esta inteligente maniobra fue crucial para navegar por las complejidades de la política estadounidense temprana.