En el libro de William S. Burroughs "Queer", el autor expresa su descontento con el comportamiento de muchos estadounidenses, que él percibe como grosero y despectivo. Esta grosería proviene de una profunda ignorancia con respecto a la etiqueta social y los modales, lo que indica una falta de conciencia sobre la importancia del respeto y el decoro en las interacciones humanas.
Burroughs sugiere que esta actitud se basa en la creencia de que todos los individuos son fundamentalmente iguales e intercambiables en contextos sociales. Esta perspectiva socava la complejidad de las relaciones humanas y disminuye el valor de la individualidad, lo que lleva a una atmósfera general de indiferencia social.