George III reconoció la importancia de la decisión de George Washington de rechazar el título de Emperador, afirmando que si Washington lo rechazara, se convertiría en el hombre más grande del mundo. Este comentario refleja la alta razón por el carácter y el liderazgo de Washington durante un momento crucial en la historia.
El 22 de diciembre de 1783, Washington entregó formalmente su comisión militar al Congreso, afirmando que se retiraba de la vida pública. Esta ley ejemplificó su compromiso con los principios democráticos y mostró su disposición a renunciar al poder, estableciéndolo como un líder confiable y un modelo a seguir para las generaciones futuras.