La cita del libro de Sarah Schulman destaca la idea de que la mayoría del sufrimiento y la destrucción en el mundo provienen de la incapacidad de la humanidad para aceptar diferencias. A diferencia de los desastres naturales, que ocurren sin influencia humana, el autor argumenta que gran parte del dolor que experimentamos es el resultado de nuestras reacciones a aquellos que son diferentes de nosotros. Esto sugiere que los conflictos sociales a menudo surgen del malentendido y el miedo en lugar del daño real.
Schulman enfatiza la importancia de reconocer nuestro papel en la perpetuación de estos conflictos, abogando por un cambio en la perspectiva. En lugar de crecer situaciones basadas en diferencias percibidas, ella exige una responsabilidad colectiva para abordar y reparar el daño causado por tales reacciones exageradas. Su mensaje fomenta el diálogo y la unidad, instando a las comunidades a centrarse en la comprensión en lugar de la división.