Un primer hijo es su mejor pie hacia adelante, y cómo animas esos pequeños pies a medida que se extienden. Examinas cada cambio de carne en busca de precocidad y la pasa al mundo. Pero el último: el bebé que sigue su aroma como una bandera de rendición a través de tu vida cuando no habrá más después, oh, ese es el amor con un nombre diferente.
(A first child is your own best foot forward, and how you do cheer those little feet as they strike out. You examine every turn of flesh for precocity, and crow it to the world. But the last one: the baby who trails her scent like a flag of surrender through your life when there will be no more coming after--oh, that' s love by a different name.)
La cita refleja el profundo viaje emocional de la maternidad, destacando las distintas experiencias de criar hijos. El primer niño a menudo representa la esperanza y los nuevos comienzos, y los padres se enorgullecen de que alcance cada hito. Se celebra cada pequeño logro, mostrando una sensación de alegría y expectativa para el futuro.
Por el contrario, el último niño encarna un apego agridulce. Este niño simboliza el fin del viaje de la maternidad, evocando un conmovedor sentido de amor que es profundo y melancólico. A medida que el padre reconoce esta fase final, el vínculo único formado con el más joven destaca una rendición al paso del tiempo, enfatizando que el amor puede transformarse en significado y profundidad a medida que avanza la vida.