Como escribiría más tarde Lawrence en Siete Pilares, Sykes fue el defensor imaginativo de movimientos mundiales poco convincentes... un conjunto de prejuicios, intuiciones, ciencias a medias. Sus ideas eran del exterior y le faltó paciencia para probar sus materiales antes de elegir su estilo de construcción. Tomaría un aspecto de la verdad, la separaría de sus circunstancias, la inflaría, la torcería y la modelaría.
(As Lawrence would later write in Seven Pillars, Sykes was the imaginative advocate of unconvincing world movements … a bundle of prejudices, intuitions, half-sciences. His ideas were of the outside, and he lacked patience to test his materials before choosing his style of building. He would take an aspect of the truth, detach it from its circumstances, inflate it, twist and model it.)
En "Lawrence in Arabia", Scott Anderson explora el complejo carácter de Sykes, a quien Lawrence consideraba un manipulador de ideas más que un pensador riguroso. Criticó a Sykes por promover movimientos globales dudosos que se basaban más en nociones preconcebidas e ideas fragmentadas que en evidencia fundamentada. Lawrence creía que los pensamientos de Sykes estaban desconectados de la realidad, lo que le llevó a conclusiones erróneas sobre el mundo y su dinámica.
La crítica de Lawrence destacó la tendencia de Sykes a tomar elementos de la verdad, distorsionarlos y presentarlos como conceptos completos. Este método de compromiso intelectual carecía de la profundidad necesaria para una estrategia política eficaz, lo que en última instancia subraya cómo las interpretaciones superficiales pueden conducir a acciones y políticas equivocadas en una región ya de por sí volátil.
