A esto se sumaba el gobierno oficial autóctono egipcio que, aunque era bastante inepto, varios funcionarios británicos periódicamente sentían la necesidad de fingir consultas para mantener la apariencia de que los deseos de los habitantes reales de Egipto de alguna manera importaban.
(On top of this was the official indigenous Egyptian government that, though it was quite toothless, various British officials periodically felt the need to pretend to consult in order to maintain the appearance that the wishes of the actual inhabitants of Egypt somehow mattered.)
El gobierno oficial autóctono egipcio, a pesar de ser en gran medida ineficaz, a veces los funcionarios británicos le daban la ilusión de importancia. Participarían en consultas, mostrando una pretensión de respetar las opiniones y deseos de la población local. Esta fachada pretendía sugerir que las opiniones de los egipcios tenían cierta importancia en el gobierno colonial de Egipto.
Este comportamiento demostró la desconexión entre las políticas coloniales británicas y las realidades que enfrenta el pueblo egipcio. Ilustró cómo las potencias imperiales a menudo manipulaban las estructuras locales y pretendían involucrarlas en los procesos de toma de decisiones, al mismo tiempo que priorizaban sus propios intereses sobre la representación local genuina.