Sin embargo, por pura y absurda inutilidad, era difícil competir con el recién inaugurado Frente Sur en el noreste de Italia. Tras haberse unido tardíamente a la guerra del lado de la Entente, en noviembre de 1915 Italia ya había lanzado su ejército cuatro veces contra una fuerza austrohúngara muy superada en número que dominaba las alturas de un escarpado valle montañoso, sólo para ser masacrada cada vez; antes del final de la guerra, se librarían doce batallas en el valle del Isonzo, que provocarían unas 600.000 bajas italianas.
(For sheer mindless futility, though, it was hard to compete with the newly opened Southern Front in northeastern Italy. Having belatedly joined the war on the side of the Entente, by November 1915 Italy had already flung its army four times against a vastly outnumbered Austro-Hungarian force commanding the heights of a rugged mountain valley, only to be slaughtered each time; before war's end, there would be twelve battles in the Isonzo valley, resulting in some 600,000 Italian casualties.)
El recién inaugurado Frente Sur en el noreste de Italia representó un sombrío espectáculo de guerra marcado por intentos inútiles de dominar a una fuerza austrohúngara bien atrincherada. A pesar de unirse a la Entente a finales de 1915, Italia realizó cuatro ofensivas agresivas en un terreno traicionero, sólo para afrontar pérdidas catastróficas en cada ocasión. Este patrón de fracasos repetidos demostró las trágicas consecuencias de los errores de cálculo militares en un entorno hostil, lo que ilustra la naturaleza imprudente del enfrentamiento.
A medida que avanzaba el conflicto, el valle del Isonzo vería la asombrosa cifra de doce batallas, que culminarían con alrededor de 600.000 bajas para el ejército italiano. Esta lucha incesante, caracterizada por duras condiciones y estrategias ineficaces, puso de relieve los trágicos costos de la Primera Guerra Mundial y las luchas que enfrentó Italia mientras buscaba expandir su influencia en medio del caos de la Gran Guerra.
