En "Like Water for Chocolate", Laura Esquivel explora la naturaleza de la historia y la narración de cuentos, enfatizando el papel de las experiencias personales en la configuración de las narrativas. Los relatos de testigos oculares, aunque valiosos, a menudo pueden divergir de la realidad objetiva, ya que están influenciados por perspectivas y emociones individuales. Esto resalta la subjetividad inherente a los registros históricos.
Esquivel sugiere que comprender el historial requiere un enfoque crítico, reconociendo que las cuentas se filtran a través de la lente propia del observador. Esta idea invita a los lectores a cuestionar la validez de lo que escuchan y leen, reconociendo que la verdadera realidad puede ser difícil de alcanzar bajo interpretaciones y recuerdos personales.