William estaba abrumado durante su examen de degustación de vinos, enfrentado a diez copas que provocaron pánico en su primer sorbo. Inicialmente, creía que el vino era portugués y se preparaba para discutir su punto, solo para adivinarse y considerar que podría ser argentino. Esta incertidumbre marcó el comienzo de su declive en el proceso de degustación. En lugar de escupir el vino, eligió beberlo, lo que rápidamente condujo a la intoxicación.
Su segunda muestra, una Côtes du Rhône, era fácilmente reconocible, lo que aumenta su confianza. Sin embargo, el patrón de consumir el vidrio completo continuó, y para la sexta muestra, William estaba claramente borracho. Este lapso afectó su capacidad para identificar con precisión los vinos, y la situación se descontroló, lo que hace que la experiencia de degustación sea cada vez más desafiante.