Sus ojos fueron a los estantes que se extendieron hasta unas pocas pulgadas del techo. Las cuatro paredes estaban cubiertas; Las pilas de libros estaban aquí aquí y allá, tambaleándose, vulnerables, juzgó, con el más mínimo pisado. "¿Pero quién no tiene muchos libros no leídos? Sin embargo, es bueno saber que están allí". Él
(Her eyes went to the shelves that stretched up to within a few inches of the ceiling. All four walls were covered; piles of books stood here and there, teetering, vulnerable, she judged, to the slightest footfall. "But who doesn't have a lot of unread books? It's nice, though, just to know that they're there." He)
La escena representa una habitación llena de estanterías que se extienden casi hasta el techo, ilustrando un profundo amor por la literatura. Los estantes están densamente repletos de libros, con algunos pilas peligrosamente tambaleantes, lo que sugiere su precariedad. Estas imágenes transmiten una sensación de abundancia y caos, destacando una conexión con la palabra escrita.
El personaje reflexiona sobre el dilema familiar de poseer muchos libros no leídos, pero encuentra consuelo en su mera presencia. El reconocimiento de que todos tienen libros no leídos resuenan, revelando una experiencia compartida entre los lectores. Subraya un sentimiento que el valor de los libros se extiende más allá de la lectura; representan potencial e imaginación esperando ser explorados.