Mira esas nubes, dijo Jamie, mirando al cielo. Míralos. Sí, dijo Isabel. Son muy hermosos, ¿no? Las nubes son muy hermosas y, sin embargo, a menudo no las apreciamos adecuadamente. Deberíamos hacer eso. Deberíamos mirarlos y pensar en la suerte que tenemos de tenerlos. Mira la forma de las nubes, dijo. ¿Qué ves en esas hermosas nubes, Jamie? Te veo, dijo.
(Look at those clouds, said Jamie, gazing up at the sky. Look at them. Yes, said Isabel. They're very beautiful, aren't they? Clouds are very beautiful and yet so often we fail to appreciate them properly. We should do that. We should look at them and think about how lucky we are to have them. Look at the shape of the clouds, she said. What do you see in those beautiful clouds, Jamie?I see you, he said.)
En la conversación entre Jamie e Isabel, comparten un momento de reflexión mientras observan las nubes. Isabel destaca la belleza de las nubes, lo que los lleva a considerar con qué frecuencia las personas pasan por alto aspectos tan simples pero magníficos de la naturaleza. Ella alienta a Jamie a apreciar las formas y las formas de las nubes, reconociendo la importancia de tomarse un momento para observar verdaderamente su entorno.
Como Jamie responde que ve a Isabel en las nubes, revela una conexión más profunda entre ellas. Este momento ilustra cómo la naturaleza puede evocar sentimientos y fomentar las relaciones, lo que les permite expresar admiración y gratitud tanto por las nubes como por los demás. A través de este intercambio, Alexander McCall Smith enfatiza la importancia de apreciar las pequeñas maravillas de la vida y los lazos que compartimos con los que nos rodean.