En su libro "Small Wonder", Barbara Kingsolver reflexiona sobre la relación entre la ciencia y el mundo natural. Ella sugiere que se debe hacer la creación de acercarse con asombro y respeto en lugar de con agresión o control, similar a cómo se acercaría un espacio sagrado. Esta perspectiva enfatiza la importancia de la humildad en la exploración y comprensión científica.
Al comparar el acto de descubrimiento con ingresar a un lugar de culto, Kingsolver aboga por una sensación de reverencia hacia la naturaleza. Este enfoque no solo honra la complejidad y la belleza del mundo natural, sino que también fomenta una apreciación más profunda por la interconexión de toda la vida, destacando la necesidad de una interacción más reflexiva y respetuosa con nuestro entorno.