Esta cita subraya la evolución de las expectativas y percepciones de la identidad cultural en la expresión artística. Inicialmente, el artista enfrentó una visión estrecha que buscaba categorizar su trabajo a través de una lente superficial, exigiendo una demostrativa "indianidad". Tales expectativas reducen las ricas y complejas tradiciones culturales y filosóficas a estereotipos o elementos superficiales, descuidando la profundidad y autenticidad de la verdadera investigación cultural. A medida que la obra del artista maduró y se reveló más, las percepciones cambiaron y los críticos o el público comenzaron a reconocer la profunda incorporación de la filosofía india al arte. Este cambio refleja una tendencia social más amplia a escudriñar y, a menudo, simplificar las identidades culturales. La respuesta del artista resalta la importancia de la autenticidad por encima de la marca superficial, lo que implica que la expresión cultural genuina no puede forzarse ni reducirse a una imagen estereotipada. También invita a reflexionar sobre cómo la identidad y los símbolos culturales se perciben y valoran de manera diferente según el contexto, la madurez y la comprensión. Esta dinámica es fundamental en el arte contemporáneo, donde la autenticidad a menudo choca con las expectativas formadas por presiones o percepciones externas. El mensaje alienta a los artistas y creadores a permanecer fieles a su visión y raíces culturales, resistiendo la tentación de realizar gestos superficiales de aclamación. En última instancia, resuena con la idea de que la identidad cultural es compleja, profunda y merece respeto, construida a través de una exploración auténtica y no de apariencias superficiales.