En el negocio de los periódicos, yo estaba en la última generación antes de la llegada del director de personal. Fuiste contratado por editores, y editores que se arriesgarían con lo que percibían como talento y no contratarían un currículum.
(In the newspaper business, I was in the last generation before the arrival of the personnel manager. You were hired by editors - and editors who would take a chance on what they perceived to be talent and not hire a resume.)
Esta cita resalta una era pasada en el periodismo donde la contratación estaba impulsada por la intuición y la reputación en lugar de calificaciones formales o currículums. Subraya una época en la que los editores desempeñaban un papel más personal en la selección de talentos en función del potencial percibido, fomentando un entorno más orgánico y posiblemente de toma de riesgos. El cambio hacia el uso de gerentes de personal y procesos de contratación estandarizados puede haber aumentado la eficiencia, pero podría decirse que lo hace a expensas del juicio humano y el reconocimiento matizado del talento en bruto. Al reflexionar sobre esto, desafía las prácticas de contratación contemporáneas y alienta una reevaluación de cómo se identifica el talento, tal vez recordándonos que las habilidades genuinas a menudo exceden lo que se puede cuantificar en papel.