En Botswana, el anonimato completo es casi imposible debido a la pequeña población de menos de dos millones. Las personas son naturalmente inquisitivas entre sí, lo que lleva a una comunidad unida donde los antecedentes y las actividades de todos se convierten en conocimiento común. Esto hace que sea difícil para las personas mantener la privacidad en su vida diaria.
Incluso en la ciudad capital, Gaborone, la proximidad de los vecinos fomenta un entorno donde prevalece la curiosidad. Los residentes a menudo se sienten obligados a preguntar sobre las vidas de los demás, lo que dificulta a los recién llegados o aquellos que buscan privacidad para combinarse sin llamar la atención sobre sí mismos.