William sintió una mezcla de anticipación e incertidumbre después de invitar a Tilly a unirse a él. Se dio cuenta de que no podía recordar su apariencia, haciendo que la situación se sintiera similar a una cita a ciegas, lo que nunca hubiera considerado antes. Esta falta de familiaridad lo excitó, agregando una sensación de novedad a la experiencia.
A pesar del breve encuentro que habían compartido, William confiaba en que Tilly era una mujer atractiva. Sus pensamientos estaban llenos de esperanza y curiosidad sobre su próxima reunión, destacando su disposición a abrazar nuevas experiencias que desafían su rutina habitual.