La gente se centra demasiado en si hay un demócrata o un republicano en el cargo. No es que este tipo, Kim Jong Un, llegara al poder en el momento en que Trump llegó al poder. No es que él no fuera un problema. No es que no hayamos tenido belicistas. No es que las corporaciones no hayan sido la principal influencia en lo que hacemos en todo el mundo.
(People focus too much on whether there's a Democrat or a Republican in office. It's not like this guy Kim Jong Un got into power the second Trump got into power. It's not like he wasn't a problem. It's not like we haven't had warmongers. It's not like corporations haven't been the main influence on what we're doing around the world.)
Esta cita resalta una percepción errónea común en el discurso político: enfatizar demasiado la política partidista y descuidar las fuerzas sistémicas subyacentes en juego. Sugiere que cambiar el liderazgo de un partido a otro no altera fundamentalmente la presencia de cuestiones como el belicismo, la influencia empresarial o los regímenes autoritarios. Los verdaderos desafíos son más profundos y persisten más allá de los ciclos electorales, lo que nos insta a mirar más allá de la política superficial y considerar las estructuras persistentes que dan forma a los asuntos globales e internos.
