Estaba llorando porque estaba lejos de casa, y ¿quién de nosotros nunca ha querido hacer eso? No tiene otra razón; Solo eso. Lloramos por casa, y por flores en mesas y galletas en pequeñas latas, y por la madre; Y también nos sentimos avergonzados y tontos que deberíamos estar llorando por tales cosas; Pero no debemos sentirnos así porque todos nosotros, en cierto sentido, nos hemos desviado de casa y deseamos regresar.
(She was crying because she was far from home, and who among us has never wanted to do that? There need be no other reason; just that. We cry for home, and for flowers on tables, and biscuits in little tins, and for mother; and we feel embarrassed, and foolish too, that we should be crying for such things; but we should not feel that way because all of us, in a sense, have strayed from home, and wish to return.)
La cita refleja una profunda resonancia emocional con los sentimientos de anhelo y nostalgia por el hogar. Significa una experiencia universal; Estar lejos de las comodidades familiares evoca la tristeza, independientemente de las razones detrás de esto. La mención de alegrías simples como flores, galletas y la presencia de una madre resalta cómo estos pequeños elementos contribuyen a nuestro sentido de pertenencia y seguridad. Este anhelo es algo con lo que todos pueden identificarse, ya que todos tenemos momentos de sentimiento desplazado o distante de nuestras raíces.
Además, el autor sugiere que llorar por estas cosas aparentemente triviales no es algo de lo que avergonzarse. Subraya la idea que todos han experimentado, en algún momento, una sensación de pérdida o anhelo relacionado con el hogar. La cita sirve como un recordatorio de que es natural sentirse así, ya que nuestras respuestas emocionales a nuestro medio ambiente y recuerdos nos conectan como seres humanos. Adoptar esta vulnerabilidad puede conducir a una comprensión más profunda de nosotros mismos y nuestra necesidad inherente de conexión y pertenencia.