En la "transferencia de Manhattan" de John Dos Passos, el autor captura la esencia y vitalidad únicas de la ciudad de Nueva York. Reflexiona sobre la profunda decepción que uno siente cuando el atractivo de la ciudad se desvanece, ilustrando que su grandeza puede dejar un vacío en la vida cuando pierde su brillo. Nueva York se erige como un pináculo incomparable en el mundo, lo que hace que la insatisfacción en ese lugar sea aún más impactante.
La cita sugiere que para muchos, Nueva York representa la mejor experiencia, pero cuando esa experiencia se vuelve mundana, plantea un desafío serio. El aislamiento implícito se hace evidente, ya que parece no haber una alternativa que pueda rivalizar su grandeza. Dos Passos usa este sentimiento para subrayar la importancia de la ciudad en la vida de sus habitantes, enfatizando cómo da forma a sus aspiraciones y realidades.