El pensador muere, pero sus pensamientos están fuera del alcance de la destrucción. Los hombres son mortales; pero las ideas son inmortales.
(The thinker dies, but his thoughts are beyond the reach of destruction. Men are mortal; but ideas are immortal.)
Esta cita destaca el profundo impacto de las ideas y el conocimiento que trascienden las vidas individuales. Si bien nuestra presencia física es temporal, los pensamientos y conceptos que desarrollamos pueden perdurar por la eternidad, influyendo en las generaciones futuras. Sirve como un poderoso recordatorio de que las actividades intelectuales y creativas pueden lograr una forma de inmortalidad, enfatizando la importancia duradera de las ideas sobre la existencia mortal. Esta perspectiva nos motiva a pensar más allá de nosotros mismos y contribuir significativamente a la comprensión humana colectiva.