En "Catch-22" de Joseph Heller, el narrador expresa frustración e incredulidad con respecto a la naturaleza de Dios. Él caracteriza a Dios como aparentemente negligente, comparándolo con una figura tonta y de mente simple que está preocupada por asuntos triviales o completamente ignorante del sufrimiento humano. Esta percepción desafía la reverencia tradicional a menudo asociada con una deidad, lo que sugiere que si Dios existe, sus creaciones son desconcertantes y defectuosas.
El narrador cuestiona la lógica detrás del diseño de Dios, señalando específicamente la existencia de dolencias y limitaciones que afligen a la humanidad, como el envejecimiento, el dolor y las funciones corporales que salieron mal. Esta crítica revela un cinismo profundo sobre la intención divina y el significado general de la existencia, enfatizando lo absurdo que percibe en la forma en que se desarrolla la vida bajo un supuesto ser omnipotente.