Bueno, "Harry dijo:" Míralo de esta manera: suponga que eras una bacteria inteligente que flotaba en el espacio, y te encontraste con uno de nuestros satélites de comunicación, en órbita alrededor de la tierra. Pensarías, qué objeto extraño y extraño es este, exploremoslo. Supongamos que lo abriste y te arrastraste por dentro. Lo encontrarías muy interesante allí, con muchas cosas enormes para rompar. Pero eventualmente podrías subir a una de las celdas de combustible, y el hidrógeno te mataría
(Well," Harry said, "look at it this way: Suppose you were an intelligent bacterium floating in space, and you came upon one of our communication satellites, in orbit around the Earth. You would think, What a strange, alien object this is, let's explore it. Suppose you opened it up and crawled inside. You would find it very interesting in there, with lots of huge things to puzzle over. But eventually you might climb into one of the fuel cells, and the hydrogen would kill you)
En esta analogía que invita a la reflexión, Harry compara la perspectiva de una bacteria inteligente que descubre un satélite de comunicación humana con nuestra propia comprensión de los sistemas complejos. La bacteria, flotando en el espacio, encontraría que el satélite es un objeto intrigante y misterioso de la exploración, revelando su curiosidad innata. A medida que investiga, el microbio encuentra varios componentes que son fascinantes pero incomprensibles.
Sin embargo, el nivel de exploración de la bacteria podría conducir a un resultado fatal si se aventurara demasiado lejos, como ingresar a una celda de combustible llena de hidrógeno, lo que resultaría mortal. Esta metáfora sirve como un recordatorio de los peligros inherentes a la curiosidad y la exploración, destacando cómo sin una comprensión adecuada, uno puede encontrar sin saberlo situaciones peligrosas, lo que refleja temas más amplios de descubrimiento y riesgo en nuestras propias vidas.