Creo que si diriges una gran empresa, tienes que decir, cuatro o cinco veces al año: 'Oye, equipo, mira, aquí es a donde vamos'. Si lo haces 10 veces, nadie quiere trabajar para ti. Si lo haces cero veces, tienes anarquía.
(I think that if you run a big company, you've got to, four or five times a year, just say, 'Hey team, look, here's where we're going.' If you do it 10 times, nobody wants to work for you. If you do it zero times, you have anarchy.)
La comunicación eficaz dentro de una organización es crucial para mantener la alineación y la motivación entre los miembros del equipo. Esta cita subraya el delicado equilibrio que los líderes deben lograr al compartir una dirección estratégica. Las actualizaciones periódicas (unas cuatro o cinco veces al año) pueden reforzar el sentido de propósito y cohesión, asegurando que todos comprendan los objetivos, los desafíos y el progreso de la empresa. Esta transparencia fomenta la confianza y el compromiso, haciendo que los empleados se sientan involucrados y valorados en el recorrido de la organización.
Sin embargo, la cita también advierte sobre el exceso de comunicación. Si los líderes se comunican con demasiada frecuencia (digamos, diez veces al año), los mensajes pueden volverse redundantes o perder impacto, lo que genera fatiga o confusión. Los empleados pueden percibir las actualizaciones excesivas como una microgestión o una falta de confianza, lo que puede erosionar la moral.
Por el contrario, silenciar por completo la comunicación aumenta el riesgo de caos, similar a una organización sin orientación ni comprensión compartida. Sin actualizaciones periódicas, los equipos pueden operar basándose en suposiciones, rumores o información desactualizada, lo que puede resultar en esfuerzos desalineados, ineficiencias o conflictos.
La esencia de este consejo es encontrar el ritmo óptimo para la comunicación interna: lo suficientemente frecuente como para fomentar la unidad y la claridad, pero no tan frecuente como para provocar una vigilancia excesiva o una falta de compromiso. Los líderes deben estar en sintonía con la cultura, el tamaño y la complejidad de su organización para adaptar sus estrategias de comunicación en consecuencia. Este equilibrio ayuda a mantener el orden, la responsabilidad y la motivación, contribuyendo en última instancia a la salud y el éxito de la organización.