Esta cita de Frank Deford ofrece una reflexión humorística pero reveladora sobre el paso del tiempo y la acumulación del trabajo o la voz de uno en la esfera pública. El orador destaca su compromiso de larga data de compartir pensamientos e historias a través de comentarios, enfatizando la coherencia y dedicación a lo largo de casi cuatro décadas. La mención del número de comentarios (1.656) sirve para subrayar la naturaleza prolífica de sus contribuciones, sugiriendo no sólo cantidad sino también experiencia y autoridad acumuladas durante un período sustancial.

El tono autocrítico, especialmente en la frase "y confío en que hayas atendido cada palabra", agrega una capa de humildad juguetona. Nos invita a considerar cómo las figuras públicas o los comentaristas desarrollan una relación con su audiencia (un tanto unilateral) donde sus palabras, aunque parezcan numerosas o triviales, son valoradas y recordadas por los oyentes o espectadores. Nos recuerda el poder y la responsabilidad inherentes a la comunicación constante, ya sea a través de homilías, historias u opiniones sutiles.

Al reflexionar sobre esta cita, uno puede pensar en la naturaleza de la coherencia en las actividades personales o profesionales. La longevidad en un campo a menudo conduce a un depósito de sabiduría, influencia e historia personal. También plantea reflexiones sobre la naturaleza del paso del tiempo: cómo incluso las contribuciones alegres o modestas, cuando se mantienen durante décadas, pueden dejar una huella duradera. El humor y la humildad empleados por Deford también resaltan que no importa cuánto uno pueda lograr, una cierta humildad acerca de su trabajo puede forjar una conexión más fuerte con la audiencia. En última instancia, esta cita defiende la perseverancia, el valor de la dedicación constante y el reconocimiento del elemento humano en el discurso público.