En el libro "Invisible Prey" de John Sandford, el autor aborda el impacto del uso excesivo de Botox en la capacidad de una persona para expresar emociones genuinas. Cuando las personas se someten a demasiados tratamientos, pueden perder la capacidad de mostrar reacciones auténticas, lo que les lleva a simular emociones artificialmente. Esto crea una situación confusa en la que resulta difícil diferenciar entre respuestas naturales y forzadas.
La cita destaca la irónica situación que enfrentan quienes dependen en gran medida del Botox para mejorar la estética. En lugar de mejorar sus expresiones, el uso excesivo puede resultar en una lucha por parecer auténtico, lo que en última instancia resta valor a su humanidad y complica las interacciones cotidianas.