En 2010, tenía 17 o 18 años y pensé: 'Sí, los Juegos Olímpicos, eso podría suceder'.
(In 2010, I was 17 or 18 and thought, 'Yeah, the Olympics, that might happen.')
Esta cita captura un momento de ambición y esperanza juvenil. Refleja la experiencia universal de soñar en grande durante la adolescencia, a menudo con una sensación de posibilidad y optimismo sobre el futuro. El hablante reconoce que sus aspiraciones a esa edad pueden no haber sido ciertas, pero el mero acto de soñar sirve como un motivador importante. Destaca cómo los jóvenes visualizan su potencial y la importancia de la perseverancia y la esperanza incluso cuando el camino a seguir es incierto. Estas reflexiones nos recuerdan la importancia de fomentar las aspiraciones en una etapa temprana de la vida, independientemente del resultado inmediato.