El exilio largo de la cristiandad y la civilización inevitablemente restaura a un hombre con esa condición en la que Dios lo colocó, es decir, lo que se llama salvajismo.
(Long exile from Christendom and civilization inevitably restores a man to that condition in which God placed him, i.e. what is called savagery.)
En "Moby-Dick" de Herman Melville, la autora reflexiona sobre los profundos cambios en los que pueden conducir largos períodos de aislamiento de la sociedad y la cultura en la naturaleza de una persona. Sugiere que el exilio extendido de las comodidades y la moral de la civilización hace que las personas vuelvan a un estado más primario, similar al salvajismo. Este comentario destaca el delicado equilibrio entre la civilización y los instintos humanos innatos, enfatizando cómo la distancia de las estructuras sociales puede eliminar las capas de acondicionamiento social.
La idea presentada en esta cita sirve como una exploración crítica de la relación de la humanidad con su entorno y las cualidades esenciales que definen la civilización. Melville parece argumentar que sin la influencia de los valores comunitarios y cristianos, los individuos pueden perder sus características civilizadas y volver a una forma de existencia más instintiva e incivilizada. Este tema resuena a lo largo de la narración de "Moby-Dick", donde los personajes se enfrentan a sus verdaderas naturalezas frente al vasto y salvaje mar.